Ciclo.

Cuántos ciclos son necesarios, 
para no salir en los diarios, 
para calificar a diario, 
para aprender sin enseñar.
Cuántos ciclos de vida vital 
sin que medie la muerte natural 
ni el porrazo de medio campo. 
Cómo es posible que tropezando cada tanto, 
se aprenda a esquivar más que a confiar, 
agudizar más que profundizar; 
que después de quemados meta miedo la vaca, 
el ternero y absolutamente todo el tambo…
Por suerte nos rodea tiempo
y aún existe magia en el aire...
y une más el amor que el espanto.
.

Inesperado.

 Hay un lado intermitente

es mi lado izquierdo,

un azul colorado 

que admite mi costado mas inconsistente.

Y vuelven de repente los latidos del presente

y una parálisis en cada mano que no me ayuda a escribir

... es que por no mentir y subsistir

que araño el pulso de las palabras

sujetando con amarras 

cada razón por no medir el estado de lo inesperado

 que vuela bajo, siempre a mano,

como si de eso se tratara vivir...

.

Instinto.

Así como el animal orina estratégicamente para marcar su terreno, 
tengo un impulso de cistitis que se asemeja al veneno...
Pero me llama la causalidad a definir con cordura, 
la resolución es algo dura pero resuelve con dignidad, 
se aleja de la maldad y le escapa a la pavura.
Ergo, invita a la llanura y separa los tantos,
vos ocupate de alambrar tu campo
que yo no tengo resto para alambre de púa.