Ando renga de palabras, con ideas poco magras,
esguinzada de muñecas
por tropezar con toscas letras
y enredarme en fallidos intentos de abracadabra.
Cual agonizante maga,
anhelando el brillo de la idea señalada
retuerzo mi galera y, como si nada,
de primera caen dos musas emborrachadas.
Me invitan de su copa, me prendo ya entregada;
tomamos una medida, sin medida tomamos otras,
maldigo las mitades vacías donde ya no queda ni una gota.
Las doy vuelta ya rendidas, ni una idea se les caía;
revolcadas en alegría, en carcajadas se movían,
y jugando al medio se repartían viejas estrofas.
Calzamos tacos y minifaldas,
jugamos giros, bailamos descalzas,
burlamos suspiros de triste prosa.
Inspiración rasa que por dos centavos se regala.
Literatura esquiva de cintura delgada
Se nos ríe de lejos, en su viaje que ni me roza.
Nos abrazamos en cofradía,
les pagué la última ronda,
me regalaron ya dormidas
lapiceras de tinta arenosa
las musas siguen conmigo pero hoy,
de prostitutas,
se dedican a otra cosa.
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