Llegue tarde.
Por dar vueltas para arreglarme,
por no decidir si saludar con la mano,
con un abrazo lejano
o tirar a quemarropa todo mi bagaje.
Y se llevó un maletín de respuestas
como todo equipaje,
arrancó su sonrisa de la boca entreabierta,
marcó aún más su huella
para no dejar dudas
de su paso por mis tierras;…
Solo dejó las migas de su presencia imperfecta
y levantó vuelo en silencio,
porque nunca nos gustaron las despedidas;
se fue sin contestar preguntas
para no responder con mentiras,
como quien habla de la muerte como parte de la vida.
Llegue tarde para verlo partir
pero podría jurar que no miró atrás,
no conocí ser humano mas convencido
de meta, camino y destino
dónde llegar.
Y aunque levanté mi mano para saludar
ya se había ido
entonces, como siempre,
en voz muy baja le dije:
- Viajá tranquilo, ya nos encontraremos, mi querido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario