Religión ... ( un mundo interno )
…
Entro, me siento, me encuentro;
algo muy mío hay ahí dentro,
mi eterno litigio de mundo mundano y convento.
Las cruces, las aguas,
las filas alineadas, los mantos sin mantas,
las rutinas obligadas,
las observo con respeto
pero me siento todo gueto.
Y veo en ojos ajenos regocijo y silencio,
gozo y devoción en forma de canción
y algún muro de lamentos.
Envidio, en parte, esa entrega constante;
parece que la paz los alcanza a ellos
(… adonde voy a parar si ya arranco pecando
el décimo mandamiento…)
Celebro sin dudas
la libre elección de cada contento;
sus ritos y luces
o el camino que sea que los conduce
a cerrar este círculo incierto.
Pero no me miento,
vacíenme el lugar y me encuentro con mi Dios
en ese mismo momento.
No puedo conciliar mi rebelión clerical.
No puedo avalar su disciplina y ornamento.
La fe y la verdad hacen procesión por dentro,
tomo lo que siento y lo demás lo desecho
y me encuentro una vez más,
pidiendo perdón desde esta faz
comulgando con el ajeno dolor,
agradeciendo todo el amor,
tan creyente y sin antifaz,
siendo, mi alma, mi propio templo.
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