Si los anillos no evitan el aburrimiento
Si los canutillos del collar de la abuela
no alcanzaron para cuentas de otro cuento
Si el espejo se muere de risa
Si de lejos y a ciegas terminaste en la cornisa
Si moriste algunas noches
de penas de amor en cadena
de enfermedades terminales
en insomnios de niñeras
Si corriste a la estación
Si engañaste al corazón
Si de vicios, si de juicios, si de oficio
Si puteada en sacrificio
perdiste la razón...
Confieso que he vivido y ese es el pecado del actor en función.
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