domingo, 16 de diciembre de 2012

Devoción.

Comer, rezar, amar
todo tiene lugar en un mismo ademán.
Si me arrodillo, muerdo y siento;
llamo a los dioses de este parlamento
que reclaman sangre blanca,
como todo sacrificio,
a favor de su cuento.
Y yo, ferviente creyente contra todo viento,
amante de los ritos,
clavo en silencio todos los gritos
para callarlos en el pilar
del onceavo mandamiento.
Con amor y devoción,
una ofrenda de placer
contra todo sufrimiento
y como toda salvación.
... que si una verde señal me susurra su gozo,
explota el alma a mi antojo
y, por un momento y para todos los tiempos,
soy todo vos.


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