lunes, 22 de octubre de 2012

Y cantaba...

Cantaba para no escuchar
el llanto de las sirenas,
cantaba para silenciar todas las penas,
cantaba para que el sol
cambie de color en la nueva tierra.

Cantaba en si bemol
gastadas canciones de amor
desafinando hasta el pavor de las veredas.

Cantaba con fervor
en un grito desesperado
que calle su propia voz,
agria como los vinos picados,
golpeando como sonidos amplificados
que buscan darse luz a las cegueras.

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