De esos días de bonanza
me quedaron salvados los talones de Aquiles
y medio chamuscada la confianza;
los barcos en el estante,
tan lejos de sus playas
y los chamanes chapuceros,
que solo embaucaban de certeros
con sus llamadores y calendarios mayas
expuestos en ferias de medio pelo.
Pero yo los mantenía a raya,
a mis fantasmas y a sus murallas;
eran puras pantallas de canallas
llenos de fallas y medallas
Sin embargo…
Esa pausa, ese letargo,
de besos dulces y amores amargos,
me curan las rodillas en el descargo
para alzarme en las luces de estas nuevas batallas.

me quedaron salvados los talones de Aquiles
y medio chamuscada la confianza;
los barcos en el estante,
tan lejos de sus playas
y los chamanes chapuceros,
que solo embaucaban de certeros
con sus llamadores y calendarios mayas
expuestos en ferias de medio pelo.
Pero yo los mantenía a raya,
a mis fantasmas y a sus murallas;
eran puras pantallas de canallas
llenos de fallas y medallas
Sin embargo…
Esa pausa, ese letargo,
de besos dulces y amores amargos,
me curan las rodillas en el descargo
para alzarme en las luces de estas nuevas batallas.
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