El agua limpia, decía mi abuela,
pero hoy están volviendo y la mugre les quema;
podridos los muebles, los santos y la paciencia
,
y de agua están llenos los ojos y las alacenas.
La tele ya apunta sus dardos a otra feria:
el Diego, Mauricio, Daniel, la Afa y sus miserias
.
El sol de los niños, las deudas de Grecia,
los hijos al mando del banco
y la lluvia que le hizo cuántos
agujeros en las boletas.
La danza del indio no manda donaciones
pero llena los balcones del cuarto poder,
que llena sus arcas
a merced de un propósito donde es menester
que caiga quien caiga engorde su haber
.
Y ellos están entrando a sus techos, tan lejos de sus casas
,
esa carcasa que arrasa y el futuro retrasa
y ya no son noticia, y ya no mueven masas,
y ya dicen que andan secos
aunque cargan con el eco
aturdido de los ruidos del agua.
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