jueves, 25 de abril de 2013

Se puede Partir, o se puede Partir

Tras una separación, un abanico es opción.

Victima y victimario se disputan el podio de lo ordinario y callan los últimos ecos de razón.
Habiendo coimeado al corazón es hora de partir.


Partir de ir:


De Abandonar un sueño,
dar por hecho un entierro,
armar valijas con consuelos
y dejarlo morir.
Dejar de llorar bienes raíces
que de incendios y sequías
perdieron los matices
y ya no se arraigan al suelo.
Vestir excusas de medio pelo,
que el almanaque cure lo que no se muera de viejo,
que alguien se encargue de lo que hoy dejo,
que el viento limpie la mugre de mis uñas
que de tanto rascar se llenaron de arrugas
al fruncir el ceño.
Equivocarme de medio a medio
y salir airoso, de quien deposita en otros
su culpa y su miedo.
Saber mentir la mirada
cuando del algo no hay nada,
cuando la huida engañada
solo destila recelo.
O quizás la oportunidad de
Partir de repartir:
Cada uno sus mitades de acero,
tan frío como sincero.
Que por salir venturoso
no nos cueste un ojo el futuro placebo.
Cargar equipaje y salir al ruedo,
que la equidad se gana
con honestidad gallarda,
que el repartir es un arte
de no elegir la mejor parte,
que si aprendí a cuidarte
no se pierda la dignidad en la última batalla.
Partir como objetivo es acción.
Partir de lo subjetivo es división
de no irme con lo puesto
ni llevarme tu ración.
.
Safe Creative #1011247920609

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